Festejemos con mucha alegría
tu segundo año de vida,
¡Feliz cumpleaños, hija mía!
Eres la más preciosa florecita,
la niña más brillante y amorosa
que tuvimos la dicha de tener.
Tu sonrisa ilumina nuestros días,
tu caricia acelera nuestros corazones,
y tus abrazos son el mejor regalo posible.
Que por siempre Dios te bendiga
con muchos años de salud y amor.
¡Del resto nos encargaremos nosotros!