¡Feliz cumpleaños, hija!
Tú eres mi amor, mi niña,
la alegría de mis ojos,
y día a día llenas mi corazón
con más y más felicidad.
Te quiero mucho
y poder ver tu sonrisa
es el mejor regalo
que recibí en la vida.
A Dios le doy gracias,
por haberme dado
una hija tan maravillosa,
tan linda y especial.
Y a Él le pido que
para siempre te cuide,
te proteja y te bendiga
con una vida feliz,
con salud y mucho amor.